A veces las cosas fallan, a veces lo hacen a última hora, cuando te crees que el día continúa pero no. Es ya mañana. Estas alargando esto a lo tonto, estas tonta y lo sabes. Y el azúcar en vena no te hace disimularlo, al contrario. Escupe tu propia lengua con rojo, verde y picapica. El paladar escocido, los dientes pegajosos y el dulce aliento del batido que cayó como una bomba en el estómago.
Quiero ver una película, algo que me haga olvidarme un poco de que el echarte de menos me vuelve gilipollas. Alguien que esté peor que yo, quiero golpes, sangre, muerte, palabrotas y mafiosos.
Creo que esta noche, estaba necesitando un poco de Quentin Tarantino.
El azúcar subió a la cabeza, no podía dejar de reírme. No quería dormir. Dibujé con sueño y el PhotoShop se enfadó conmigo y me mandó a la cama, sin ni siquiera guardar el dibujo. Creo que a veces es demasiado estricto conmigo. Sólo pude salvar una captura, así que me tocará repetirlo...
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Oh si! eran las 3:22
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