Siempre obsesionada con las medias verdades, y las semimentiras, circunferencias difusas y difuminadas esferoides. Quiero la verdad y verlo transparente, como el cristal del acuario de los peces, aunque no se vean las piedras. Obsesionada con creer en la perfección y su delirio; la grandeza de la comprensión más sublime. Y levantarme, y tomarme mi taza de té, y creerme que soy de verdad, y sincerarme conmigo misma. Y llorar las lágrimas del día de tu boda, cuando los tallos del ramo se me claven en el alma. Incienso enciendo, aspiro el humo, pienso en sus ojos y me creo, por fin creo. Otra calada más del cigarrillo invisible, otro sorbo, otra nota, otro golpe... TUM TUM, TUM TUM.


